Cuando hace dos años secuestraron a los 43 estudiantes de Ayotzinapa en México, un testigo relató que cuando ya no cabían en las patrullas de la ciudad de Iguala, escuchó: «No importa, ahorita vienen los de Huitzuco», en referencia a los policías de ese poblado.

En diversas investigaciones se involucra a la fuerza pública de ese poblado del estado de Guerrero (sur) como posible participante en la desaparición forzada de los estudiantes que sacudió a México y dio mayor relevancia a las más de 28.000 personas desaparecidas desde diciembre de 2006 en todo el país, en el marco de la campaña contra las drogas.

El subprocurador de Derechos Humanos de la Fiscalía General, Eber Betanzos, adelantó a la AFP que las investigaciones se han extendido «a elementos de policías que están en municipios cercanos» a la zona del secuestro.

Los 43 jóvenes desaparecieron en la noche del 26 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero, cuando se apoderaban de autobuses para sus movilizaciones y fueron atacados por unos policías de esa localidad, quienes presuntamente los entregaron al cártel de los Guerreros Unidos.

La fiscalía declaró que los jóvenes pudieron haber sido asesinados por los criminales y después incinerados en el basurero de la vecina comunidad de Cocula, para luego arrojar sus cenizas a un río, posiblemente porque los confundieron con miembros de un cártel rival.

Pero esa conclusión fue rechazada por un grupo de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que declaró que no es científicamente posible que los estudiantes fueran incinerados en el basurero.

– 30 agentes interrogados –

Mas de cien personas, incluso miembros de los Guerreros Unidos, el alcalde de Iguala, su esposa y varios policías de la misma ciudad y de Cocula, fueron detenidos.

Un informe de los expertos de la CIDH cita un conductor de uno de los autobuses tomados por los estudiantes diciendo que escuchó a un policía de Iguala decir a otro que «vienen los de Huitzuco» porque sus patrullas ya estaban llenas.

Sin embargo, el alcalde de Huitzuco, José Luis Ávila López, duda que los policías de su entidad hayan participado en el suceso, pues según explicó a la AFP, existen otros municipios más cercanos a Iguala.

Ávila López tomó el poder en octubre de 2015 y asegura que a pesar de ser diputado estatal de Huitzuco en 2014, él estuvo «al margen» de los hechos. No obstante, dice haber realizado los «ajustes pertinentes» al asumir como alcalde, como por ejemplo mandar declarar ante la fiscalía a 30 elementos de la policía a su cargo.

 

Por: David Santa Cruz/ AFP