La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) anunciaron el jueves pasado que el aumento al salario mínimo para 2017 sería de 80.04 pesos diarios. El ajuste se realizó a través de una fórmula que incluye un incremento nominal de 4 pesos y otro de 3.9 por ciento. Es decir, 7 pesos más respecto a la cantidad decretada para este año.

Por primera vez, las autoridades negaron que el aumento provocaría un incremento en la inflación, pero descartaron la posibilidad de otro aumento en 2017 debido al escenario adverso a nivel nacional e internacional.

Este aumento de 9.58 por ciento es el más alto en 16 años, pues durante ese tiempo los incrementos anuales no rebasaron los 3 pesos.

Aunque la noticia, de acuerdo con expertos en el tema, es una señal positiva que indica que hay disposición por comenzar a recuperar el poder adquisitivo del salario, éste aún resulta insuficiente para la subsistencia básica de un trabajador y su familia. Además de que mantiene a México aún con uno de los salarios más bajos de norte y Centroamérica.

A lo largo de 2016, académicos y sociedad civil alertaron sobre una nueva oleada de pobreza, generada por las condiciones económicas del país que mantienen estancado el salario, a pesar del incremento en la cobertura de programas sociales o la generación de nuevos empleos.

Luego del anuncio de las autoridades, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado en el que reconoció el porcentaje final del incremento como un avance, pero instó a ser breve en la continuidad de los esfuerzos para alcanzar una suficiencia salarial. Para la CNDH, la importancia del salario radica en la subsistencia con dignidad de las y los trabajadores que perciben ese ingreso.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el costo de la canasta alimentaria se ubica en 88.70 pesos, por lo que el salario debería ser superior a esa cantidad, como lo establece el Artículo 123 Constitucional.

Proyecciones del Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD), con un aumento salarial cerca de 3.5 millones de pobres dejarían de serlo, puesto que el ingreso es el principal factor que explica la pobreza.

Fuente: Sin Embargo